viernes, diciembre 30, 2005



A veces mi dolor de cabeza, a veces es quien me llena de satisfacciones, otras tantas es quien desafia y estimula mis conocimientos, mi intelectualidad, pero por sobre todo es quien me hace reir con cada situación o cosas que va inventando por la vida cuando quiere ser simpático y agradable con la mujer que lo trajo a este mundo....

Pués bien, aquí esta el hombrecito que me hizo llorar toda una noche de alegría, el día en que llegó a este mundo. Ha crecido sin duda, de ser el niño mimado y consentido, es ya un hombre que cree que puede ser dueño del mundo si se lo propone. Como dije al principio, a veces mi dolor de cabeza. Porque, él piensa que el respeto para hablarles a los padres...ya paso de moda. Y que ahora se usa dirijirse friamente y sin moderación alguna a los progenitores.

Me cuesta que entienda, que el respeto y el amor a los padres son una sola cosa. Y que va unida de la buena crianza y del amor que le fue entregado a manos llenas, por estos seres que hoy él mira de una manera distinta.

Porsupuesto, no siempre es así, es resultado del amor de dos seres privilegiados que tuvieron la dicha de traerlo a este mundo y de criarlo para verlo convertirse en un apuesto varón que enfrenta al mundo con mucho valor y sobre todo con harta energía positiva.

Que es capaz de convertirse en tu heroé, en tu villano, en tu bufón, en tu mascota, pero todo, por sacarte una sonrisa de los labios y cambiar una situación de estresante a delirante.

Ahora, que es estudiante de Medicina espero que no se crea el cuento de que será un casi Dios, para quienes vean en el una esperanza, un alivio. Le pido a Dios que ilumine su camino y por sobre todo que guie sus pasos en la vida que esta descubriendo.

Me energizo con su mirada, pués es de apariencia tranquila y llana. Aunque yo, que lo traje a este mundo. Sé que también es fuego y tormenta. Siempre les he dicho, a él y a su hermano, mis únicos varones.

Que los amo, que los amo más de lo que nadie los amará en este mundo.